Este mito es uno de los más extendidos y mal interpretados: “Cuanto más se suda más calorías se está
quemando”
Es cierto que si me pongo a correr en la cinta rodante y
estoy sudando poco y al subir la intensidad (rodar más rápido o con mayor
pendiente) empezaré a sudar más. Sin embargo la cantidad de sudor generado no es un garante de las calorías que se
está quemando o de las reservas de grasa movilizadas, simplemente es un síntoma de que la intensidad
metabólica y mecánica ha subido y que estoy quemando más calorías. El malentendido viene al pensar que esta
relación es bidireccional: “cuanto más sude más cantidad de calorías estoy
quemando” ”cuanto más se suda más fácil
se disuelve la grasa”.
Esta relación es incorrecta, y debemos evitar las siguientes prácticas asociadas a esta creencia:
- Hacer actividad física con mucha ropa o con ropa impermeable, así como en los casos más extremos, meterse en bolsas de basura o forrarse con film transparente.*Tampoco vale aquello de forrarse solo una zona del cuerpo.
- Hacer actividad física en las horas más calurosas del día.
- Hacer actividad física en sitos cerrados o con alta temperatura y/o humedad.
- Meternos en la sauna a sudar como si no hubiera mañana.
Contraindicaciones de estas prácticas:
- No solo no perderemos grasa, sino que al perder cantidades abundantes de agua estaremos también perdiendo muchas sales minerales que nos generarán deshidratación y disminución del rendimiento (incluidas rampas y calambres), así que aunque la sensación sea de fatiga, lo cierto es que nuestro cuerpo se extenuará antes (menor duración del entrenamiento=menor cantidad de calorías quemadas, en especial grasas) y la intensidad siempre será más baja de lo que podría ser (menor intensidad del entrenamiento= menor cantidad de calorías quemadas.)
- Además del mecanismo de perdida de agua y electrolitos encontramos que para el sistema de termorregulación del cuerpo humano también es un inconveniente. Al sudar pero no evaporar el organismo no es capaz de bajar la temperatura corporal de forma eficiente, así que como mecanismo de protección baja la intensidad a la que es capaz de funcionar. Todos hemos tenido la experiencia de hacer alguna actividad en un día caluroso y sentirnos pesados y lentos, no siendo así en un día más fresco. De hecho el metabolismo basal (calorías quemadas para mantenernos vivos en “inactividad”) es más alto cuando la temperatura ambiental es baja. De ahí que exista el tópico de que en los países tropicales se tienda a un ritmo de vida mucho más calmado que en los nórdicos. Así que como resumen: a mayor temperatura ambiental menor metabolismo, y a menor metabolismo menos calorías quemadas tanto en reposo como en actividad comparados a una actividad igual en un ambiente más fresco.
- Por último dado lo anterior la propensión a lesiones y a desmayos o golpes de calor e incluso muerte súbita es mucho mayor cuando se llevan a cabo estas prácticas.
Como reflexión final, si en la natación se suda mucho menos
(ya que el agua, generalmente fresca, en contacto con nuestro cuerpo nos ayuda
a eliminar energía en forma de calor) ¿Por qué los nadadores/as profesionales
no están gordos o los atletas de cortas o largas distancias, aún corriendo con
muy poca ropa tienen niveles de grasa tan bajos? Si el mito fuese cierto además, adelgazar sería tan sencillo como
meterse a la sauna a sudar.
La confusión
viene aquí: muchas de las personas que creen en este mito se justifican mirando el peso antes y después de una sesión de
sudoración intensiva, que, correctamente siempre es menor después. El
problema está en que esos gramos o
kilogramos perdidos son agua y sales minerales que serán recuperados de forma
casi instantánea al beber y si intentásemos beber menos para recuperar
menos líquidos los problemas anteriores se agravarían aún más.
Un saludo y espero que os sea interesante, tanto para
aquell@s que no lo sabíais como para que aquell@s que lo sabéis podáis mostrárselo
fácilmente a aquell@s que no lo saben.
Manu Carrilero.
Entrenador personal valencia
Entrenador personal valencia
P.D. Este y otros muchos mitos y falsas creencias que iré comentando toman su
base de mis conocimientos de formación e ideas extraídas del libro: “Mitos y falsas creencias de la práctica
deportiva” (PÁL Miñarro. 2002)